Este blog es de carácter personal, por lo que las opiniones reflejadas en el mismo son exclusivamente de su autor, sin estar vinculadas al centro sanitario en el que trabaja.

El blog tiene carácter divulgativo, por lo que no es posible responder en él a casos particulares de pacientes individuales.
En ningún caso, la información de este blog puede sustituir a la proporcionada por su médico.

martes, 23 de abril de 2013

CONVULSIONES FEBRILES

Después de la última entrada hablando sobre la fiebre, he recibido bastantes consultas acerca de las crisis convulsivas que aparecen con la fiebre. Prometí escribir una nueva entrada para tratar de explicarlo y a ello vamos.

¿Qué es una convulsión febril?
La forma más frecuente es la aparición de movimientos musculares anormales y repetidos, acompañados habitualmente de pérdida de conciencia (el niño no responde a la llamada ni a estímulos), que se producen acompañando a la presencia de fiebre. Son relativamente frecuentes, ocurren aproximadamente en 4 de cada 100 niños sanos, y aparecen en niños entre los 6 meses y los 6 años de vida, la mayoría entre los 12 y 18 meses.

¿Por qué se producen?
No lo sabemos. La convulsión es una respuesta del cerebro, que produce una actividad eléctrica anormal. El mecanismo por el que esto se produce no se conoce con exactitud; hay numerosas teorías, pero ninguna está probada.


Las causas son las mismas que pueden producir fiebre en el niño; como ya se dijo en el post sobre la fiebre, la más frecuente son las infecciones, y dentro de estas las infecciones por virus.

¿Cuales son los síntomas?
De manera brusca, el niño se pone rígido, pierde la conciencia e inicia movimientos repetidos de todo el cuerpo, con la mirada perdida o los ojos en blanco. En otras ocasiones se queda completamente sin fuerza y flácido. De forma habitual son de corta duración, habitualmente menos de 5 minutos, y es excepcional que duren más de 15 minutos. Puede vomitar, orinar o hacer una deposición. Después de la crisis, se quedará dormido o confuso.
La mayor parte de las convulsiones aparecen en el primer día de la enfermedad, siendo frecuente que sean el primer síntoma de la infección. Lo más frecuente es que aparezcan con temperaturas entre 38 y 39 ºC, pero en ocasiones se desencadenan al empezar a subir la fiebre o cuando ésta empieza a descender.

¿Que debo hacer?
Mantener la calma, colocar al niño en el suelo, tumbado de lado y evitar que pueda golpearse. No se debe poner nada dentro de la boca, ni pañuelos, ni cucharas, ni mucho menos los dedos; no debéis preocuparos, no se tragará la lengua. Tampoco se debe intentar detener los movimientos. Nunca zarandearle ni agitarle, podríamos lesionar el cuello.

¿Debe ser visto por un médico?
Sí, aunque la convulsión ceda rápidamente y no sea peligrosa, debe ser visto por un médico para descartar otras enfermedades. Por ejemplo, la meningitis es una infección grave que puede aparecer como fiebre y convulsiones. Para asegurar que la convulsión ha sido producida únicamente por la fiebre, debe ser visto por un médico.
Es muy importante ser cuidadosos a la hora de conducir. Si estamos muy nerviosos, no debemos conducir; buscaremos a alguien que nos ayude o llamaremos al servicio de emergencias. Una "complicación" bastante frecuente de las convulsiones febriles son los accidentes de tráfico.





Hasta aquí, las preguntas con respuesta sencilla, ahora vamos a lo que más preocupa a los padres,

¿Pueden causar daños en el cerebro?
No, todos los estudios realizados demuestran que el daño neurológico causado por convulsiones febriles es extremadamente raro. Los pocos casos en los que se informa de secuelas neurológicas como retraso intelectual, déficits neurológicos o trastornos de comportamiento son secundarios a convulsiones atípicas, con síntomas distintos a los que hemos explicado, o de muy larga duración, más de 30 minutos. Y, ni siquiera en estos casos, se encuentra un aumento significativo de trastornos neurológicos.

¿Pueden repetirse?
Sí, se repiten hasta en un 30 - 35% de los niños que han tenido una convulsión febril. Este porcentaje es más alto cuanto menos edad tuviera el niño con la primera convulsión. También parece ser más frecuente que se repitan si existe algún familiar próximo que haya tenido convulsiones febriles.

¿Se deben utilizar las cánulas rectales de diacepam (Stesolid) para tratar la convulsión?
Sólo deberían tratarse con medicamentos las convulsiones que duran más de 5 minutos. En niños que tienen convulsiones de forma repetida es útil tener cánulas de diacepam (Stesolid) en casa para tratar la convulsión, pero sólo en caso de que duren más de 5 minutos, algo que es poco frecuente; en cualquier caso, sólo se debe administrar una dosis.

Existen dos razones fundamentales para evitar el tratamiento si la convulsión cede sola en menos de 5 minutos, que es lo habitual:
  • como ya he dicho, existen infecciones graves como la meningitis que pueden causar convulsiones y fiebre. El medicamento que se utiliza para tratar las convulsiones puede disimular los síntomas de una meningitis,  haciendo que se pueda retrasar el diagnóstico.
  • aunque con una sola dosis sería muy raro, el diacepam puede ocasionar una depresión respiratoria,  es decir, que el niño deje de respirar porque desaparezca el estímulo del cerebro para hacerlo. Esto, con una sola dosis, es excepcional, pero puede ocurrir si se utilizan dosis repetidas.

Para prevenir las convulsiones febriles, ¿es útil ser más agresivos en el tratamiento de la fiebre?




No, los estudios realizados demuestran que ser más agresivos en el tratamiento de la fiebre, sea con medicamentos (paracetamol o ibuprofeno) o con medidas físicas (baños, paños húmedos,...) no disminuye la frecuencia de las crisis convulsivas, por lo que el tratamiento de la fiebre debe ser el mismo en niños que han tenido una convulsión que en los que no la han tenido nunca.

En resumen, 
la convulsión febril es un cuadro muy aparatoso y muy alarmante para quien lo presencia, pero sin embargo, es benigno, casi siempre se resuelven solas en un corto espacio de tiempo y no ocasionan ningún tipo de secuelas. El único tratamiento necesario es evitar que el niño se haga daño, no siendo necesaria de forma habitual la administración de medicamentos para detener la convulsión; sólo se deben administrar si ésta dura más de 5 minutos. Siempre es conveniente que el niño que ha tenido una convulsión febril sea visto por un médico, siendo muy prudentes a la hora de conducir vehículos.

Más información...
Podéis leer más en estos enlaces:


Para terminar lo voy a hacer como siempre, con un poco de música. Dado que hoy se celebra el día de Castilla y León, me vais  a permitir que haga un poco de patria y os deje con un tema de música tradicional de estas tierras, que muy bien podría ser el himno de esta región: Levantate morenita.

martes, 16 de abril de 2013

UN TEMA INÉDITO: LA FIEBRE

No se me ocurría sobre que escribir y he pensado hacer una entrada sobre un tema del que no se habla nunca...: LA FIEBRE..

Así, sin pensarlo mucho, recuerdo entradas en blogs amigos como Diario de una mamá pediatra, El médico de mi hij@, La otra consulta, La consulta sin cita...

De acuerdo... no soy nada original, pero a pesar de todo lo que se escribe sobre la fiebre sigue habiendo muchas preguntas en la consulta, así que voy a intentar responder algunas de ellas.


Para empezar una fácil, ¿Qué es la fiebre?
La fiebre es un aumento de la temperatura del cuerpo. Se considera que un niño tiene fiebre cuando su temperatura es mayor de 38º en el recto o 37,5º en la axila

¿Por qué tiene un niño fiebre?
La causa más frecuente, con mucha diferencia respecto a las demás, son las infecciones. En raras ocasiones la fiebre puede deberse a enfermedades más raras como la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa o el cáncer, pero esto es muy raro. Casi todas las fiebres de los niños son debidas a infecciones, y dentro de estas a infecciones producidas por virus.


La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo; nuestro cuerpo lucha mejor contra las infecciones si aumenta su temperatura. Por esta razón, no es necesario ni beneficioso bajar la fiebre a toda costa. Lo que debemos tratar es el malestar que produce la fiebre, pero no la propia fiebre, que es beneficiosa.

¿Qué temperatura es peligrosa?
¡NINGUNA! Para que la fiebre pueda causar daños al cerebro debería ser de 42º o más, y esto no ocurre nunca con las infecciones. El único problema que ocasiona la fiebre es el malestar que produce.

Entonces... ¿Por qué utilizamos medicamentos para bajar la fiebre?
Utilizamos medicamentos para tratar la fiebre (antitérmicos), porque cuando tenemos fiebre nos encontramos mal. El objetivo de estos medicamentos no va a ser quitar la fiebre, sino conseguir que, aunque el niño tenga fiebre, se encuentre mejor.
Los medicamentos más utilizados como antitérmicos son el paracetamol y el ibuprofeno. Ambos tienen pocos efectos secundarios, pero los tienen, por lo que sólo se deben utilizar si son necesarios y a las dosis recomendadas.

¿Debo alternar el paracetamol y el ibuprofeno?
En general no se recomienda, es preferible utilizar sólo uno de ellos cada 6 u 8 horas; de esta forma se reduce el riesgo de errores al administrarlos. La alternancia cada 3 horas se debería limitar a momentos puntuales, en los que a las 3 horas de haber administrado uno de ellos, el niño tiene mucho malestar. Insisto, y sé que soy pesado, en que lo que marca la necesidad de medicación, no es la cifra de fiebre, sino el malestar que ocasiona.

¿Bañamos al niño? ¿Ponemos ropa o quitamos ropa?
La respuesta a estas dos preguntas es la misma. Lo que buscamos es que el niño se encuentre bien. Si tiene fiebre, es probable que un baño en agua templada-caliente le guste y se encuentre mejor. Un baño en agua fría no es, en ningún caso, agradable ni recomendable.
Cuando el niño está tiritando y tiene frío se encontrará mejor si se abriga de forma ligera, y cuando tiene calor agradecerá que le quitemos ropa.

Una pregunta importante, ¿cuándo nos asustamos?


La fiebre por sí misma sólo es una urgencia en niños menores de 3 meses. En el resto de niños se debe consultar con el médico cuando:
  • El niño tiene mal aspecto o dificultad para respirar.
  • Está muy decaído o adormilado.
  • Aparecen manchas en la piel que no desaparecen al presionar sobre ellas (petequias).
  • La fiebre es de 40º o más.
  • Se nota rigidez en el cuello, con dificultad para alcanzar el pecho con la barbilla.
  • En caso de convulsión o pérdida de conocimiento.
  • Si la fiebre dura más de 3 días.
  • Como ya he dicho, en cualquier caso en niños menores de 3 meses.
Os cuelgo un vídeo de la Fundación Irene Megías contra la meningitis en el que explican muy bien como detectar las petequias, el tipo de erupción que cuando aparece significa que hay que buscar ayuda médica de forma urgente:



...Como ya os decía un tema muy original del que no se ha escrito casi nada, pero si queréis leer un poco más, aquí tenéis unos enlaces con información de buena calidad:



Para terminar un poco de música a temperatura normal... 37 grados!